UNA MIRADA PEDAGÓGICA SOBRE EL DERECHO A LA VIDA


"Desde el ámbito educativo, el derecho a la vida es un derecho inalienable reconocido a todas las personas, sin distinción alguna"[1]. Es más, en él se fundan todos los derechos restantes, pues cada uno de los derechos humanos cobra real validez, al interior de esta amplia realidad que es la vida.

Por tanto, educar en el respeto y promoción de todos los derechos humanos promueve el desarrollo de una vida digna y plena.
Ahora bien, ¿Qué significa vida digna y plena?
Basándonos en los mismos derechos humanos podemos dar respuesta a la interrogante formulada. Una vida digna y plena es:

-Una vida libre de esclavitud, servidumbre y trabajo forzoso. (articulo 4 declaración Universal de los Derechos Humanos).

- Es una vida con integridad física, psíquica y moral: prohibición de la tortura y los tratos inhumanos. (Articulo 5 declaración Universal de los Derechos Humanos).

-Es una vida vivida con un estándar adecuado que asegure salud, bienestar, vestido, vivienda, asistencia médica y servicios sociales. (Articulo 25 N°1 declaración Universal de los Derechos Humanos).

-Es una vida con salud física y mental. (articulo 25 N°1 declaración Universal de los Derechos Humanos).

Por tanto es sumamente importante rescatar el sentido del derecho a la vida, como derecho esencial de todo ser humano, al interior del planteamiento curricular y estrategias metodológicas de cada escuela, pues tal acción conduce directamente a resaltar la cultura de la vida por sobre la cultura de la muerte.[2]

Resaltar la cultura de la vida por sobre la cultura de muerte ha de permitir a los alumnos valorar la realidad dinámica que es la vida, con una mirada más reflexiva, que comprenda que el derecho a vivir es una propiedad inherente del ser humano y que su violación va directamente en contra de la naturaleza humana y su correspondiente desarrollo. Nuestra historia ofrece una clara evidencia de que el país requiere aún fortalecer la educación en este ámbito, por tanto como docentes de esta nación, debemos ser conscientes que tal carencia ha de ser una de las principales tareas de nuestro desempeño docente.
[1] “ Contenidos fundamentales de Derechos Humanos para la Educación”. P.17.
[2] Cfr. Ibíd. P.18.